Hay un cuento de Jorge Bucay titulado «El elefante encadenado», que nos habla sobre la historia de un elefante de circo. El elefante se encuentra encadenado a una estaca que bien podría romper por su gran tamaño y fuerza, pero no lo hace. El autor llega a la conclusión de que no rompe la estaca porque el elefante se acostumbró en sus primeros meses encadenado a no poder hacerlo.
Podemos decir que en este cuento, el elefante tiene un autoconcepto errado de todo su potencial y actúa en consecuencia de esa imagen que creó sobre si mismo. Es ahí donde radica la importancia de trabajar el autoconcepto de los niños y los adolescentes, ya que un autoconcepto disminuido influye significativamente en nuestras posibilidades de aprender y superarnos.
El autoconcepto es el conjunto de ideas que creemos que nos definen, a nivel consciente e inconsciente. Es la suma de características (estéticas, físicas, afectivas, etc.) que sirven para definir la imagen del «yo». Se forma a partir de un buen número de variables, pero es particularmente influenciado por nuestras interacciones con las personas importantes en nuestras vidas.
Shavelson, Hubner y Stanton destacan las siguientes características del autoconcepto:
1. Es una realidad organizada en categorías que tienen un significado personal. El modo de organización es singular para cada individuo.
2. Es multidimensional. Al principio el autoconcepto es global, y poco a poco, con la edad y con la acumulación de experiencias, se van diferenciando distintas facetas y dimensiones. El número de dimensiones del autoconcepto depende de la edad, del género, de los conocimientos que poseemos como individuos…
3. Es jerárquico. Las distintas dimensiones del autoconcepto se organizan jerárquicamente según su nivel de generalidad. En la parte inferior se encuentran los componentes específicos correspondientes a las situaciones concretas, mientras que en la cúspide se situaría el autoconcepto general
4. Tiende a ser estable. Aunque no por eso deja de ser modificable. La estabilidad de las percepciones dependerán de nivel al que pertenezcan, cuanto más general es la dimensión, mayor estabilidad mantiene. Dentro de la organización de las creencias que tiene un individuo no todas tienen un mismo grado de significación: las situadas en la zona nuclear del yo serán más resistentes; las que pertenecen a las zonas periféricas serán más inestables.
5. Es una realidad aprendida. Se aprende y modifica a través de las experiencias que el individuo tiene en los distintos ambientes en los que se mueve, y depende principalmente de sus experiencias de éxito y de fracaso en las tareas a las que se enfrenta.
Les dejamos el enlace y les recomendamos el vídeo del cuento «El elefante encadenado» para trabajarlo en familia, en el aula o en la clínica con los niños.
Bibliografía:
- Shavelson, R., Hubner, J. y Stanton, J. (1976). Self concept: Validation of construct interpretation. Review of Educational Research, 46 (3), 407-441.